23
Ago
2018
Fiestas Colmenar Viejo 2018: una inspiración.
Camino de los Remedios
En el pueblo del encuentro
no hay hueco para mis zuecos.
Está bien, me explicaré:
Tras las lloviznas de abril,
señoriales las praderas,
borraron con su color
la senda de mi camino;
tan fieramente tupido
que así cortaron mi paso
a la ermita de los Remedios:
niñita de Colmenar Viejo.
En el país del encuentro
no hay hueco para mis zuecos:
¡que dramática aflicción!
Quisiera ser cuidadosa,
dulce y respetuosa;
yo no daño ni a una mosca
y por supuesto, no hiero
a tal ofrenda floral:
generosa , ¡espectacular!
Despuntaré las espigas,
destronaré a la amapola,
trocearé candilejas
y chafaré correhuelas.
Pobre de las potentillas
y pobre del trébol rastrero
alfombra mullida de sueños.
¡Qué estropicio tal delito!
¡Que dramática aflicción!
En el país del encuentro
no hay hueco para mis zuecos.
En este justo momento
Virgen de los Remedios
quisiera ser golondrina,
quisiera ser mariposa,
o tal vez liebre o ratón ;
pues no hay hueco en el sendero
que deje paso a mis zuecos,
ni camino, ni un remedio
que me lleve hasta Remedios
para dar las gracias a Dios.
En el país del encuentro
no hay hueco para mis zuecos.
¡Desesperada aflicción!
Pues bien, mi pasaje hacia la ermita
decreta su fin sin remedio.
¡Así que abran paso y sendero
que ya avanzan mis gemelos!
Ni un susurro, ni un soplido,
ni un suave movimiento.
Caí en la cuenta, lo pedí mal;
¡traicionera mi ansiedad!
Perdonen dos mil doncellas,
disculpen mi intromisión,
pues no tengo más remedio
que llegar hasta el encuentro
para adorar en la ermita
a mi virgen de Remedios,
pues concedió don de amor
al galán que yo deseo
cerca de mi corazón.
Señoras de las praderas,
¡dejen paso a mis zuecos!
Cierto es que lo merezco.
¡Rompan mi desolación!,
¡por favor, por favor!
Y así fue que en el pueblo del encuentro
se hizo un hueco a mis zuecos.
Yo ya ofrecí mi oración,
y ¡fin de mi cruel aflicción!
Mil gracias dos mil doncellas.
Mil gracias, vayan con Dios.
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